
FOTO: ilusión
Hace un tiempo, cuando inicié este blog, estaba trabajando en un lugar horroroso, donde las personas carecían de sueños, donde era mas importante ganar dinero para otros que pensar si quiera... pero jamás conté cómo fue que llegué ahí.
Todo empezó cuando salía de mis prácticas pre- profesionales en un lugar maravilloso, todos eran muy amables y me querían y yo también los quería mucho a ellos, éramos pocos y la cercanía se sentía. Lamentablemente mis expectativas profesionales eran diferentes, yo quería aprender más, ser mucho más útil, desempeñarme en aquello de mi carrera que amaba (y amo aún pese a algunos deslices)
Mi jefa del primer trabajo me recomendó buscar en todos lados, aprender mucho, crecer y tal vez un día volver. Me fui con una sonrisa y algo de nostalgia, pero sabía que debía hacerlo.
Entonces en noviembre del año pasado comenzó mi búsqueda. Postulaba a todo lo que veía publicado, hasta que encontré algo que me iluminó y que sentí que estaba hecho a mi medida:
Se trataba de una ONG que pedía a un recién egresado (como yo) interesado en todo lo que me interesa con lujo de detalle y hasta con lenguaje técnico que sólo alguien de mi especialidad comprendía, postulé con emoción aunque el pago era poco.
Al poco tiempo me llamaron y fui a una entrevista, me entrevistó un hombre grande y locuaz. Fue extraño, ese día estuve muy mal, bastante enferma pero cuando llegué afloró de mí una confianza y seguridad que ahora envidio. Hablé de cosas que no conocpia con toda naturalidad convenciendo al más incrédulo de que yo era la más indicada, no fue sino hasta dos meses después, cuando me despedía de mi trabajo anterior que me llamaron.
Estaba muy emocionada, pero gran parte de mi fuerza estaba perdida. Me dijeron que temporalmente ocuparía un puesto con funciones que no conocía ni me interesaban mucho... acepté.
Luego... hacía nada... me sentaba en una oficina a meditar la inmortalidad del mosco... tenia tensiones innecesarias por personas indeseables... y lo demás de la historia ya es conocida.
Entonces, ahora me pregunto dos, tres y hasta mil veces, si el puesto al que estoy postulando vale la pena, si será lo que espero... entonces ya no espero y postulo a tientas lo que creo pueda ser interesante..ya no pongo las manos al fuego por nada
es mucho mejor asi, andar esperando siempre algo más, mucho más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario