
FOTO: de "Falso Espejo" - Magritte
José tiene 28 años, ojos de sinceridad, manos grandes y cabello oscuro.
José no es un niño ni tampoco es un señor, aunque se esté convirtiendo en uno.
Nunca hablo de él porque hay muchos enredos en ello y a mí ya me cansaron los enredos. Pero de un tiempo aca José ha decidido no seguir a mi lado.
Yo no sólo respeto esa desición, también creo que es de lo más acertada (dadas las complicaciones de su vida en estos momentos), sin embargo no puedo evitar tener miedos y dudas al respecto.
Todas mis relaciones han sido con hombres mentirosos y egoístas y me cuesta creer que él no lo sea, más aún cuando muchas personas de su entorno me lo dicen.
José dice que no crea todo lo que me dicen y que crea en mi corazón. En realidad no es necesario que me lo diga, porque cuando estoy con él y le miro a los ojos le creo todo. Cuando me dice esas cosas trato de no mirarlo a los ojos para no romperme y abrazarlo muy fuerte y decirle "te quiero, no te alejes de mí que me muero"
Pero lo escucho, y su voz ya me da confianza. No tiene tonos falsos.
Dicen por ahí que él, por ser mayor, tiene experiencia en eso de hablar y mirar, de hacer gestos y mentir. Que miente con mucha facilidad y que sólo se está burlando de mí para tenerme cuando le provoque a su antojo.
Yo no creo que sea así.
Creo que bien podría mentirme y mantenerse cerca hasta que le toque irse y para ese enonces borrarse de la faz de la tierra.
Pero creo que también, como todos, tiene algo de egoísmo.
Pienso que hay mujeres maltratadas en la medida que se dejan maltratar.
Personas engañadas en la medida que quieren creer (será mi caso?)
Gente que se vuelve un antojo de algunos ratos, en la medida que se lo permite a los demás.
Por eso.
Aunque seas tú quien dice que se marcha, soy yo quien cierra la puerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario